RIBADIXO DE BAIXO - SANTA IRENE.

4ª ETAPA. (RIBADISO DE BAIXO – SANTA IRENE) 23 Km.

Salimos de Ribadixo, hacia Arzua, allí lo primero que hicimos fue pegarnos un buen desayuno y después directamente a la farmacia, a comprar Compeed, nos dejamos una pasta en estas tiritas de silicona, que para mi compañero que no estaban muy accidentados, le fue bien, pero a mi que tenia los pies en carne viva, no me hicieron prácticamente nada.

Esta etapa la pase verdaderamente mal, y notaba como mis pies me estaban diciendo basta, lo que tenia en carne viva, lo pude controlar a base de gasas y vendas, pero comenzaron a hincharse los pies, y me percate, en una de las paradas que dos uñas se estaban comenzando a caer, aun así continué el camino con mucho sufrimiento, ya que el dolor era tan intenso que prefería no parar a verme los pies.

Mi buen amigo José, estuvo en todo momento acompañándome, ya que el ritmo que yo llevaba era muy inferior al de mis compañeros, por lo que decidimos separarnos y que ellos pudieran coger sitio en Santa Irene.

Al final, llamaron para reservar cama, ya que este albergue era privado y no tuvimos ningún problema en poder dejar las reservas.

Llegamos José y yo, casi una hora mas tarde que nuestros compañeros, y tras nuestras curas de rigor, nos pusimos en un pequeño jardín que tenía el Albergue a jugar unas partidillas a las cartas, con unas cervecillas fresquísimas.

Tras la cena, llamamos a un hotel en Santiago para reservar habitación, el Hotel México, muy buen hotel que recomiendo, pero también recomiendo la pensión Carballinesa, que fue donde me hospede las 2 primeras veces que vine, eso si, no esperéis aquí tener televisión, ya que por lo menos cuando yo fui no la tenia, en cambio en el hotel si que hay mucha mas comodidades de este tipo, pero la pensión queda a 5 minutos de la plaza de Obradoiro y el hotel, a unos 20 minutos. Pudimos al final dejar atado el tema de las habitaciones, y nos fuimos a dormir, no sin antes con un poquito de juerga en la habitación, pero al final nos pusimos en manos de Morfeo, ya que mañana se acababa nuestra aventura.