PALAS DO REI - RIBADIXO DE BAIXO.

3ª ETAPA. ( PALAS DO REI – RIBADISO DE BAIXO) 20 Km.
Aquí comenzamos la etapa de buena mañana, para que nos pueda cundir el tramos, queremos llegar hasta Arzua. Yo ya comienzo a resentirme bastante de los pies, ya que por muchas pomadas, vendas, etc., que me coloco en mis delicados pies, los tengo que parece que están llenos de llagas, lo que anteriormente eran llagas, se ha convertido en rodales en carne viva, por lo que dar un paso me resulta bastante doloroso, pero a cabezón no me gana nadie, y sigo el Camino con mis amigos.
Esta etapa es totalmente de rompepiernas, ya que subes y bajas, subes y bajas, y así durante toda la etapa, incluso, se llega a preferir subir que bajar, ya que es menos doloroso. Durante varios tramos del trayecto, mis compañeros deben de esperar, para que yo me cure de vez en cuando los pies, ya que las tiritas que me he puesto y gasas, cada vez se mueven mas y me provocan otra ampolla, allí donde no había nada.
Cruzamos de nuevo pequeñas aldeas, hasta entrar en la provincia de la Coruña, tras nuestro penoso caminar, podemos llegar a la Ciudad de Melide, donde cada vez que voy, paso por la Pulpería Ezequiel, la cual recomiendo encarecidamente, que todo peregrino que pase por Melide no deje de visitarla, se come de lujo. Allí coincidimos con nuestros amigos Extremeños, y ribeiro por aquí, ribeiro por allí, y otro de ribeiro, y para matar el gustillo del pulpo un poquito de orujo. Bueno salimos de allí con una alegría, que nos comíamos los kilómetros, yo no notaba ni el dolor de los pies, nos pusimos a cantar a correr, a dar saltos, etc. Aquí hice amistad, con un grupo de extranjeros, que estudiaban en Santiago, de diferentes países, Portugal, Nueva Caledonia, Australia, Turquía y una francesa. Vaya combinado de países, por eso digo que en le Camino de Santiago, conoces, un montón de culturas diferentes a las nuestras.
Al final, pudimos llegar hasta Ribadiso, y pedimos sitio allí, ya que nos dijeron que en Arzua no quedaba sitio para nadie, tuvimos mucha suerte, ya que fuimos los últimos en coger las camas que quedaban en el albergue de Ribadiso, que por cierto, un albergue estupendo, limpio, y con muchas duchas, eso si el agua fresquita. Después de las pertinentes curas, nos marchamos a cenar al único bar que existe en Ribadiso, ha unos 200 metros del albergue, y después a soñar con los angelitos, ya que lo vamos a necesitar, mañana será otra dia duro.