Hemos quedado con Patri a las 8 de la mañana, para seguir hasta Portomarín, antes de irnos nos hacemos un muy buen desayuno en el mesón del día anterior, que nos trataron como a señores de lo bien que cenamos, hay que ver la de gente que hay ya preparada para andar.
Antes de coger el camino nos hacemos unas fotos en la antigua prisión preventiva de Sarria y de allí empezamos a caminar, hasta Portomarín.
Albergue de Sarria (Muy recomendable).
Prisión de Sarria.
Vamos atravesando pequeñas aldeas gallegas, hasta que llegamos a una que no recuerdo su nombre, donde paramos a comer y coger fuerzas, ya que poco a poco nos hemos consumido la gasolina que le metimos en el mesón de Sarria, allí, la Patri y Manolo, se piden unos platos de huevos con chorizos que son mas grandes que ellos, y yo un bocadillo de jamón a la plancha con queso, todo esto acompañándolo con unos botellines de sidra y la Patri dijo “COMO ESTA LA SIDRA”. Tuvimos bastante suerte, ya que los que vinieron detrás no tuvieron más pan, ya que se les había acabado.
Puente a la salida de Sarria.
Autentico Camino de Santiago.
Mojón 105 Km.
¡COMO ESTA LA SIDRA!
Tras esta comilona, volvimos a emprender la caminata, con lluvia, pero faltando escasos cinco kilómetros y viendo que la Patri y yo no estábamos en muy buenas condiciones, le dijimos a Manolo que nos pillara sitio en el Albergue, así que Manolo puso su quinta marcha y desapareció en el horizonte para pillarnos sitio, menos mal, ya que Portomarín, suele estar abarrotado, aunque tienes varios albergues entre privados y municipal.
Al llegar al albergue nos colocaron en la misma camareta que dos años antes había estado con mis amigos Deivid, Richi, Paula y José, así que dormí en la misma cama que había dormido hacia dos años, la Patri durmió en la Cama que había dormido el Rufinico y Manolo encima mío, me refiero a la litera.
Allí coincidimos con una chica que se llama Helga, que es de Alemania, y ni mi hermano ni yo nos entendíamos con ella, pero Patri que habla perfecto el ingles, se pudo hacer con la situación, al final acabamos los 4 por ahí juntos para tomar algo, incluso se jugo al futbolín, cosa que aproveche, para decirle a Helga, que en España existe una tradición jugando al futbolín, que por cada gol que se mete, se tiene que dar un beso… en la mejilla, no penséis mal.
Portomarin, conocemos a Helga.
Sudadera diseñada por mi.
Al final acabamos cenando en el mismo albergue, ya que yo sabia que allí se cenaba de categoría por un sencilla razón, aun me acordaba de hace dos años lo bien que cene allí.
Luego a dormir, bueno antes de dormirnos nos miramos los pies y nos los curamos para que al día siguiente estén en perfecto estado de revista, eso si, yo en esta etapa estaba echo un toro, aun recuerdo la de hace dos años, que casi me muero, pero ya llevaba recorrido mas de 50 Km. y no me habían salido ni una sola ampolla, a mi hermano tampoco, la Patri, si que tenia algo pero tampoco era gran cosa.
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